
Este rastro que vamos dejando en internet forma, junto con lo que terceros opinan de nosotros, nuestra imagen digital, una imagen que en esta era 2.0 es más pública y sensible que nunca. Cada comentario, imagen, check-in o actualización va engrosando nuestra existencia digital que queda expuesta no sólo ante nuestro círculo más cercano, sino ante cualquier persona con acceso a internet.
¿Hasta qué punto puede perjudicarte la foto de aquella fiesta que subió tu mejor amigo? ¿Y aquel vídeo? ¿Sabes qué imagen proyectas en la red? Y lo más importante: ¿puede ésta volverse en tu contra?
Para que nuestro paso por internet no nos pase factura han surgido nuevas demandas relacionadas con la privacidad y el uso de nuestros datos personales. Unos datos que, en la mayoría de los casos, nosotros mismos hemos compartido voluntariamente. La frontera entre lo público y lo privado se diluye y es en este punto en el que han empezado a surgir voces reivindicando el denominado ‘derecho al olvido’. El objetivo es claro: poder borrar de internet nuestra información ‘sensible’ con el fin de preservar nuestra privacidad.
Precisamente la Comisión Europea presentó a finales del mes de enero una propuesta para que los ciudadanos puedan solicitar a las empresas de internet la eliminación de sus datos y fotografías de la red de forma inmediata y completa. Esta norma, con la que se pretende garantizar un ‘derecho al olvido’ efectivo, contemplará, además, otros aspectos como la ‘privacidad por defecto’ en los accesos a redes sociales. Sin embargo, el camino es lento (la norma no entrará en vigor antes de dos años), aunque hace tiempo que existen en internet empresas y herramientas que permiten borrar nuestra imagen digital (o al menos relegar la información negativa al abismo de los últimos puestos de los buscadores).
Así que antes de tener que recurrir a medidas drásticas, utiliza el sentido común. Piensa antes de ‘compartir’ y monitoriza lo que se dice de ti. Ten presente que los comentarios negativos tardan más en ‘olvidarse’, especialmente en la red donde la memoria queda a un click de ratón.