miércoles, 25 de abril de 2012

¿Juegas o trabajas? De 'tablets' y otras historias


Hace unos días un compañero me preguntaba extrañado si utilizaba mi tableta para ver series. Una que, por exigencias del guión, ha llegado incluso a ver películas en una PSP (cosas de desplazarse con la maleta a cuestas semana sí semana también), no lo ve tan raro y, según parece, no soy la única.
Según una encuesta realizada en Estados Unidos, las tabletas se han convertido, tras la televisión, en el segundo dispositivo más popular para consumir este tipo de contenidos, relevando así a ordenadores de sobremesa y portátiles.
El estudio, realizado entre 2.500 personas de Nueva York y Los Angeles, asegura que el 15% del tiempo dedicado a ver televisión se realiza a través de tabletas, un dispositivo cuyo uso continúa creciendo. En este sentido, el informe revela que el 62% de los encuestados lo utiliza a diario y le dedica de media 2,4 horas al día.
El documento no se queda ahí y trata de adentrarse en la experiencia que para los usuarios aporta esta herramienta. Las conexiones emocionales que establecen con sus dispositivos o la posibilidad de llevar a cabo múltiples tareas son algunos de los aspectos valorados en un informe del que se desprende, además, que la portabilidad de nuestros 'gadgets' nos ha calado y mucho, hasta el punto de que la mayoría de los usuarios asegura no estar dispuesto a desprenderse de sus smartphones, tabletas, etc.
A estas alturas empiezo a cuestionarme el papel que juegan en nuestra vida diaria (y sí, digo juegan en el sentido más literal del término). Reconozco que, en el momento en el que las tabletas aterrizaron en mi mundana existencia, se hicieron con la práctica totalidad de mi tiempo online (que es mucho). La pregunta es ¿hasta qué punto aprovechamos sus posibilidades? ¿Realmente son una necesidad, una herramienta a tener en cuenta o simplemente otro ‘juguete' tecnológico más?  
En tu caso, ¿juegas o trabajas? 

miércoles, 18 de abril de 2012

¿Confías en la publicidad online?


El mundo online se encuentra de enhorabuena. Y no sólo porque cada vez sean más los anunciantes que están dejando de lado los recelos iniciales para volcarse con el medio sino porque, al parecer, también la confianza de los consumidores en la publicidad digital, social y móvil está creciendo. Así lo afirma el último estudio elaborado por Nielsen sobre la confianza en la publicidad, para el que se ha encuestado a más de 28.000 personas de 56 países.
El documento destaca que, a la hora de adquirir un producto, el ‘boca-oreja’ juega un papel fundamental. Y si antaño buscábamos esas recomendaciones en nuestro círculo cercano, ahora este grupo se completa con los comentarios y opiniones que personas anónimas dejan en la red.  
En concreto, las recomendaciones de conocidos se sitúan como la fuente de información más fiable para el 92% de los encuestados, mientras las opiniones de otros usuarios en internet alcanzan ya el segundo puesto. En concreto, el 70% asegura confiar plenamente en los mensajes online de otros consumidores. Y es que a esas alturas ¿quién no ha consultado las opiniones de otros usuarios en internet antes de hacer una compra? 
Por cierto, los sitios web de las marcas y los emails autorizados por los usuarios (aquellos en los que se han inscrito) también alcanzan puestos de privilegio cuando se trata de medir la confianza del consumidor (con un 58 y un 50%, respectivamente). Por su parte, los anuncios en los motores de búsqueda son fiables para el 40% de los usuarios, mientras que, en el caso de publicidad en redes sociales, la cifra cae hasta el 36%. Como tampoco quiero aburriros en demasía con las cifras, aquellos que estéis interesados en el tema podéis consultar en el blog de Nielsen los resultados resumidos de manera gráfica. 

Por cierto, y relacionado con este tema, internet ha logrado superar en España a la televisión en cuanto al número de anunciantes (que no en inversión). Y esto sin olvidar que, en tiempos de crisis, es el que presenta un mejor funcionamiento (recordar que es el único -y parece ser que la tendencia seguirá por esta vía- en el que ha aumentado la inversión publicitaria).
Y tú, ¿confías en la publicidad online?

miércoles, 11 de abril de 2012

El arte de medir

Enfrentarse a la cantidad ingente de datos que nos ofrecen las herramientas de analítica no es tarea fácil y menos cuando se intenta por primera vez sacar algo en claro de todas esas cifras. Dicho de otra manera: medir no es sólo recabar información, la clave está en saber analizarla, ponerla en su contexto y extraer conclusiones que nos sirvan para mejorar nuestro negocio.
Y esto no es fácil, sobre todo cuando nos vemos tan desbordados por los datos que nos puede resultar complicado discriminar cuáles son los verdaderamente importantes de los que no. 
Desde que decidí adentrarme en el mundo de la analítica web me he lanzado a la lectura de todo cuanto ha caído en mis manos sobre el tema con el ánimo de aprender y mejorar: blogs, presentaciones, publicaciones... Y entre todos esos trabajos hay uno que, por su claridad y sencillez, resulta especialmente recomendable para comenzar el camino: 'El arte de medir', de Gemma Muñoz y Tristán Elósegui.
Se trata de una publicación imprescindible que repasa los conceptos fundamentales dentro de la analítica web. Así, partiendo de las métricas básicas, aborda, en un lenguaje accesible, aspectos como los objetivos y los KPIs, fuentes de tráfico, embudos de conversión, campañas, elaboración de informes, testing, la medición en redes sociales, etc.
El libro incluye, además, breves descripciones de algunas herramientas de medición, así como un listado de blogs y publicaciones indispensables para todo aquel que quiera adentrarse en este mundillo. En definitiva, se trata de una lectura muy recomendable en la que los autores han añadido una práctica metodología para el que se enfrenta al primer análisis de una web. 
Por proponer alguna mejora de cara a futuras ediciones, comentar que, por desgracia, las gráficas y dashboards se encuentran, al menos en la edición impresa, en blanco y negro y, en ocasiones, a un tamaño muy pequeño para la gran cantidad de datos que recogen, con lo que algunos son difíciles de apreciar. Desconozco si esto se ha subsanado en la edición digital (si hay alguien por ahí que la tenga, ya sabe que puede compartir su opinión).
En definitiva, se trata de un trabajo muy recomendable para todos aquellos que quieran tener una visión global de lo que la analítica web puede hacer por sus negocios y una guía básica para acompañarnos durante los primeros pasos en este mundillo. ¿A qué esperas para leerlo?

miércoles, 4 de abril de 2012

Búsquense otro cliente, gracias

A estas alturas de la película estamos ya más que cansados de oír determinadas máximas del mundo del marketing, la empresa y la comunicación (véase la importancia de contar con un servicio de atención al cliente eficaz). Por eso, porque parecía que ya lo teníamos grabado a fuego en nuestro subconsciente, me sorprenden determinadas actitudes por parte de ciertas empresas, curiosamente, de gran tamaño. ¿Coincidencia o quizá la engañosa seguridad del que se sabe poseedor de una gran masa de clientes?  
Esta semana mi tía, gran aficionada a las videoconferencias y a jugar online con la cuadrilla (quién se lo iba a decir a ella hace unos años), me contaba su experiencia con el servicio de atención al cliente de una de esas compañías que se vanaglorian de ofrecer conexión a banda ancha a precios irrisorios. Debido a las dificultades que estaba teniendo para poder conectarse, decidió llamar para notificar la incidencia y que le solucionasen el problema. ¡Qué osadía!
El muchacho que le cogió el teléfono le dijo, y cito textualmente porque no tiene desperdicio: “si no está satisfecha, búsquese otra compañía”. Con dos @#|¬&. Ante la calidad y profundidad de semejante consejo (sin temor a equivocarme diré que uno de los mejores que le han dado nunca), mi tía decidió hacer caso al chaval (influyó el hecho de que se le percibía experto en el tema) y llamó a la competencia. 
Conclusión: la primera empresa ha perdido un cliente seguro, así como a unos cuantos posibles de su círculo cercano. Por cierto, dos días después de la conversación se pusieron en contacto con mi tía para comunicarle que habían reparado su incidencia. La respuesta de mi tía no se hizo esperar: “revisen, si la tienen, la grabación de mi llamada porque he seguido su consejo. Búsquense otro cliente. Gracias”.